Hacia el norte, Bogotá es más residencial, pero su oferta comercial, cultural y gastronómica no disminuye. Usaquén es uno de los lugares más emblemáticos, por ser un “pequeño pueblo” dentro de la ciudad. Su arquitectura colonial, acogedores restaurantes y el popular Mercado de las Pulgas, son algunos de los atractivos que te van a enamorar.
Cedritos por su parte, es el corazón del norte. Un recorrido por aquí te permitirá no solo experimentar de primera mano la sencillez del ‘estilo de vida de barrio’, con colegios, centros comerciales y zonas de entretenimiento, sino también el nacimiento de un nuevo epicentro para el disfrute y la bohemia por el que cada vez más turistas se sienten atraídos.
Pero si lo que quieres es escaparte por una tarde de la gran ciudad, La Calera o Chía te esperan a tan solo 17 kilómetros. Además de ser destinos predilectos para los ciclistas, son ideales para disfrutar de un canelazo mientras te deleitas con la hermosa vista panorámica de Bogotá.